EL MONAGUILLO

Beba, una lectora del Blig envió el siguiente relato que fue publicado en Primicias Ya.
Frente a cámaras o detrás del micrófono de una radio, este periodista deportivo se jacta de lo mucho que ama a su esposa y de cómo el matrimonio le cambió la vida. Pero cuando las luces se apagan, se olvida de todo y corre a buscar refugio en los brazos de una productora.
Cuando se casó, hace ya un par de años, este joven periodista no se cansó de repetir lo mucho que amaba a su hermosa y venerada esposa. Considerado como uno de los personajes más reconocidos del mundo del periodismo deportivo, no tuvo problemas en que fotógrafos, camarógrafos y colegas retrataran para siempre el instante de su boda.
Y siguió hablando de amor cuando la familia se agrandó y tuvo en sus brazos a su hijo. Siempre pareció muy enamorado y con claras muestras de dar la vida por su mujer si fuese necesario.
Lo cierto es que este muchacho logró a fuerza de talento y esfuerzo tener varios trabajos. Es así como se lo puede escuchar en la radio y ver en la conducción de un legendario programa de cable. Además los fines de semana se pone al frente de un ciclo que resume los momentos futboleros más importantes de la jornada.
Pero la imagen de chico fiel e inocente se desvanece cuando, al terminar con sus obligaciones, busca abrigo y calor entre los brazos de una de las productoras del programa de radio.
Es en ese instante cuando se olvida del inmenso amor que siempre dice sentir por su familia. Entre sábanas, besos apasionados e irresistibles abrazos de pasión, el prestigioso periodista deportivo imagina que es soltero otra vez.
Cuando las cámaras vuelven a encenderse y el romance clandestino queda resumido entre cuatro paredes, el joven se viste nuevamente con su traje políticamente correcto y se llena la boca hablando, una vez más, de la familia, los hijos, la esposa, la fidelidad y bla, bla, bla.



Esto salio en el acertijo de primicias ya
se cae de maduro que habla de Gaston Recondo, alias el monaguillo.

(Gracias Beba)