SHOW DEL PLANETA TINELLI

Una lectora me pregunta por qué no publico las críticas de teatro de todas las obras. Mi respuesta es para no hacer tedioso el blog. En realidad, voy seleccionado las críticas que involucran a los personajes que "mas palos" se le da en este blog. Porque, a consciencia, a veces me pregunto si no nos estamos excediendo en la desvalorización. Quizás, en algún caso descubra que nos equivocamos y que detrás de un personaje muy mediático y polémico hay un gran artista. Por eso recurro a un medio neutral para leer qué opinan los expertos del trabajo de ese personaje. En este caso elegí a algunas de las muchachas Tinelli.

CRITICA DE "PLANETA SHOW" el éxito de la temporada de Carlos Paz a cargo de Diario Clarin


"Es como ver 'Patinando por un sueño' pero en vivo", comenta chocho un hombre de la cuarta fila. Los esculturales cuerpos de Valeria Archimaut, Wanda Nara y Evangelina Anderson levantan la temperatura de la platea. Al combo hot se le suma la Miss Playboy Pabla Tomen. Esas bellezas naturales y sus destrezas físicas resultan uno de los pilares de Planeta Show, la propuesta con producción de Jorge Guinzburg y dirección del dúctil Marcos "Bicho" Gómez. Los otros pilares son el trío de humor formado por el propio Gómez, Campi y Anita Martínez. Y el canto de María Martha Serra Lima. Aquello, sumado a un ritmo ágil y una escenografía e iluminación muy cuidadas hacen de Planeta Show uno de los atractivos fuertes de la temporada de Villa Carlos Paz.

Todo comienza con una parodia a cargo de Campi del propio productor Jorge Guinzburg hablando de las bondades de ser bajo. "Estar a a la altura de los labios de las mujeres", dice. Y es ahí cuando comienza cierto verdugueo al público que acompañará al humorista durante toda la noche. Desde un tranquilo no lo agarraste, después te lo explico, a otro latiguillo más difícil de digerir: está hecho mierda en referencia a un desconocido de la platea.

Enseguida se presenta la anécdota que guiará el show: dos extraterrestres (Campi y Gómez) llegan al país para investigar a los humanos. Lo que da pie a un monólogo de humor político con referencia a la corrupción generalizada en el poder y la actuación de los últimos presidentes locales. Corte. Llegan los primeros musicales: Evangelina arranca en topless de espaldas en un baile sensual con un partenaire enmascarado subida a un andamio rodeado de escalones y fuego. Le seguirá el musical de Wanda, que suple estado físico con simpatía a granel. "Está morruda Wanda, eh", comenta un grupete de la sexta fila, sentado cerca de la hermana de la vedette: muy linda y con un estilo más modelo de Pancho Dotto. De todos los números el que sorprenderá será el de la virtuosa Archimaut que realiza un baño del caño de alto nivel.

María Martha Serra Lima presenta un show sólido (y altamente retribuido en aplausos) de varias canciones clásicas de su repertorio como Los enamorados, La tercera es la vencida, o Cuando se quiere de veras en versión remixada. Resulta imponente vestida de blanco con brillos y delicadas plumas. Un piano blanco de cola, unos caireles, unas estrellas detrás y la luna al fondo completan el cuadro.

Como una trompa platinada y tetona, vestida de leopardo y con voz de pito, entra Martínez interpretando a una aspirante a vedette dispuesta a todo con tal de triunfar. "Pero hay mucha competencia, el otro día me quise acostar con un productor y me dio turno para dentro de cuatro meses", asegura. Después de un divertido monólogo, audaz, Martínez se anima a emular al comediante Jim Carrey y su cola parlante. De espaldas al público y con un pantalón agujereado para la ocasión ella le hace cantar el clásico infantil Estaba la paloma blanca.... Un sacrificado de la platea debe acompañarla con la segunda parte del verso sentada en un verde limón. El hombre fracasa y ella igual le entrega una caja de alfajores.

Hay números mudos como un ballet clásico a cargo de una Martínez muy parecida a Niní Marshall en lucha aguerrida con su partenaire, un "Bicho" Gómez con peluca de Cristóbal Colón. Hasta un monólogo de Campi caracterizado como un viejo en el que asume que una gran parte de los espectadores lleva una aburrida y asexuada vida de casados. Abandonados a la dejadez: Antes mi mujer entre los pechos: perfume; ahora entre los pechos: el ombligo. O Perdés las ganas, viste, ella me ve en bolas, soy una morsa. Y de nuevo el verdugueo: ¿Probaron el viagra?, ah, se hacen los boludos. Contrastando con la carga agresiva de Campi, llega El Payaso Malaonda para hablar de las diferencias entre su infancia y la actual. Con un humor más dulce, pero igualmente efectivo, Gómez conquista a la platea, en especial cuando cambia de tono para recordar a su abuela circense y cuando apabulla con un número de malabares con tres cajitas, con una la velocidad de sus maniobras que pareciera estar jugando a mover ladrillos en el aire.

Otro musical, otro participante del público, esta vez lidiando con el erotismo de las vedettes que le bailan encima, momento de alta calentura general, sensatamente cortado por otra performance de María Marta. Más humor y la despedida general.

Pasa algo extraño en el saludo final. Como una especie de revancha o como una toma de partido, todas las mujeres de la platea deciden aplaudir de pie a la cantante, una especie de reconocimiento a lo más parecido a ellas en ese escenario de colas tan paradas, pieles impecables e implantes mamarios. La aplauden como cuando cantó "como toda mujer, como ella y usted...".

Recomendación de Lokilla : Si aborreces los programas de Tinelli, mantente alejado de este Planeta.